Si lo piensas en profundidad, Apple es un mal nombre para productos de alta tecnología, Mercedes no tiene nada que ver con una línea industrial de construcción de motores potentes, Coca-Cola comienza con el nombre de una droga ilegal, Radiohead es el nombre más extraño para una banda y así muchos ejemplos de marcas exitosas.
Tu marca es una actitud, no un nombre.
Construye tu nombre en torno a tu marca, no tu marca en torno al nombre Muchas empresas cometen el error de elegir primero un nombre pegadizo y luego tratar de adaptar su identidad de marca en torno a él. Sin embargo, este enfoque puede dar lugar a una imagen de marca inconexa que confunde a los clientes. En cambio, concéntrate primero en definir los valores fundamentales, la misión y la visión de tu marca. Tu nombre debería ser una extensión natural de esta identidad.
Pero qué pasa? A medida que pasa el tiempo dejamos de pensar en nombres y pensamos en marcas.
Un gran nombre suele contar una historia. Puede dar pistas sobre los orígenes de la marca, el problema que resuelve o la promesa que ofrece.
Que el nombre no te quite el sueño, preocúpate más por construir la marca y reputación alrededor del mismo.
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